CÉSAR TOMÉ MARTÍN
Nací
en
la orilla lermeña del Arlanza,
en el mes ocre y desnudo
del año del Nobel a Juan Ramón Jiménez,
una noche serena
que supongo invitaba a rebeldía.
en el mes ocre y desnudo
del año del Nobel a Juan Ramón Jiménez,
una noche serena
que supongo invitaba a rebeldía.
Diéronme
algún dorado mimo de más mis padres,
los
de ánimo contenido,
por
ser varón y el último.
Por
la televisión vecina supe
que no era ya tema para cuentos viajar
que no era ya tema para cuentos viajar
a la Luna o al rostro de la Luna.
Por
la televisión,
de
los males de otros.
Luego, sí, vino ella...
Comencé a escribir versos a muy temprana edad, motivado por la letra de las canciones
de la época. Con mi primer poema obtuve un premio estudiantil; hecho por el
que me comprometí a seguir escribiendo. Terminado el Bachillerato, abandoné, por
motivos familiares, los estudios y me puse a trabajar.
En
1979 conocí al poeta Antonio L. Bouza, mi primer contacto con el mundo real de
la Poesía , y
al que siempre estaré agradecido. Pero tuve que escuchar en 1980 y en la voz de
otro, a través de Radio Nacional, mi poema La Noche
(“Exactamente como mujer morena que abre
poco a poco los ojos…”) para sentir el empujón definitivo.
En 1982 fui invitado, por el Ayuntamiento de Burgos, a participar en la Jornada-Encuentro con Poetas Argentinos. En ese mismo año, en la Otoñada Cultural
de Burgos, hice lectura de mis poemas. Todos estos actos y otros muchos, como
ser finalista entre 274 originales presentados al concurso Acentor de Poesía de Vizcaya, me permitieron conocer a diversos y
buenos poetas y consiguieron, por otra parte, que se asentara más en mí esta
pasión.
En
1983 publiqué, bajo el sello de ARTESA (todo un referente en el mundo poético
burgalés), mi primer libro, BAJO ESTE
TECHO CLARO.
Luego vinieron
más libros, lecturas poéticas, colaboraciones con tertulias… También algún premio…
Y aquí sigo, sigo
escribiendo aunque mis silencios digan más que mis palabras. No sé lo que busco, pero sí lo que encuentro.